¿Donde están los créditos?

Los mitos, con el paso del tiempo, se rompen. Y en el sector financiero también ocurre. El más repetido ha caído hace poco. El presidente Zapatero justificó las ayudas (mediante préstamos) para un aparte del sector financiero porque eran la única manera de que las entidades volvieran a ofrecer créditos a empresas y familias.

Pero no ha sido así. Han pasado más de dos años desde las primeras ayudas y el crédito no arranca. La resaca de la borrachera provocada por la burbuja inmobiliaria ha sido más duradera de lo que se pensaba.

El crédito mantiene tasas planas, con ligera tendencia de caída, y se está colocando en niveles de mediados de 2008. Hasta febrero pasado, los préstamos concedidos a empresas y familias ascendieron a 1,81 billones, casi igual que un año antes, 2010 acabó con una caída del 0,32%.

Sin embargo, a diferencia de otros semestres, el grifo se cerró selectivamente en la segunda mitad de 201. Según el último informe del Banco de España, los préstamos a empresas que no son constructoras o promotoras, crecieron un 0,9%, en diciembre de 2010, tras haber caído en junio y en diciembre de 2009. Mientras tanto, el ladrillo se llevó un recorte de préstamos del 5,2% casi lo mismo que en 2009.

José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, considera que esta selección no está funcionando. «Por desgracia la restricción del crédito la están sufriendo también los jóvenes, que quieren comprar su primera vivienda, y las empresas de nueva creación y pymes, que quieren acometer nuevos proyectos de inversión que no tienen problemas de endeudamiento. Las pymes serán las encargadas de crear empleo y reducir nuestra tasa de paro y los jóvenes los que deberían comprar viviendas y desatascar del sistema bancario los pisos adjudicados. Por lo tanto esta situación justifica la intervención pública».

¿Por qué hay desconfianza sobre la recuperación del crédito? Los analistas argumentan tres razones: primero, el sistema financiero no ha cerrado la reestructuración de las cajas con problemas inmobiliarios; como consecuencia (segundo problema), los inversores internacionales dudan de la solvencia de las entidades españolas y la consecuencia (tercer motivo) es que la prima de riesgo sigue a niveles cercanos a los 200 puntos básicos, una cifra demasiado alta. Una de las claves para desatascar este problema es la colocación de Bankia en los mercados.

La prima de riesgo refleja lo que les cuesta financiarse a bancos y cajas. El dinero para los banqueros españoles es muy caro, cercano al 4%, así que no les interesa cobrar el 3% por los créditos hipotecarios. Por si esto no fuera suficiente, la guerra de los depósitos encarece más la financiación y agudiza la sequía del crédito.

Los recientes datos ofrecidos por la gran banca corroboran las dudas de los expertos. El primer trimestre ha arrancado con una caída generalizada de los créditos entre los grandes, excepto La Caixa. El caso más llamativo es el del Grupo Santander, que entre marzo de 2010 y el primer trimestre de este año, ha prestado un 4,5% menos en España. El banco de Caja Madrid y Bancaja, el Banco Financiero y de Ahorro, ha reducido sus créditos un 2,7%; el BBVA casi un 1% y el Popular un 0,4%. algunos ejecutivos creen que es una manera de presionar al Gobierno para que profundice en las reformas.

Incluso hay un efecto perverso, comentan los economistas. Las entidades ofrecen los créditos más baratos a los peores clientes, que son aquellos a los que financian los créditos para que los puedan pagar. A los mejores, los que pueden pagar, les colocan préstamos con cuatro o cinco puntos sobre el euríbor. Es la selección adversa o la asignación ineficiente de los recursos, otro drama más.

¿Y que futuro les queda a los constructores y promotores? El exceso de pisos construidos no significa que no se vayan a vender más en el futuro. el sector está adelgazando a marchas forzadas, pero busca acuerdos con la banca para sobrevivir.